Maritza Rodríguez es una mujer sabia. Después de años de triunfos profesionales, una carrera internacional colmada de premios, de reconocimientos, del cariño del público y la enorme felicidad que le produce estar con Joshua Mintz, su esposo y la persona que la hace sentir plenamente realizada, Rodríguez ha entrado en su nueva etapa, algo a lo que ella le da la bienvenida, porque ella, como mujer sabia que es, sabe que la vida se trata de cambios, y la manera en que uno responde a las curvas de la carretera de la vida, siendo siempre fiel a ti mismo. “Yo no soy de tomar referencia de alguien. Siempre he pensado que cada quien hace su propio trabajo y su propia historia. Cada quien se enfoca en su propio trabajo espiritual”, nos dice Rodríguez. “Lo que me impulsa a mi a ser diferente es llegar a poder tener un cambio de conciencia, a la medida de poder cambiar mi manera de pensar para resultar en un trabajo realmente espiritual”.
Desde que Maritza Rodríguez participó en el concurso de Miss Mundo siendo una adolescente, la actriz colombiana no solo ha crecido profesional, sino espiritualmente. Se siente orgullosa de haberse convertido no solo en una gran actriz querida por su publicó, pero sobre todo en una gran mujer, en un mejor ser humano, y ahora, en su papel más esperado, una increíble mamá. En abril del 2014, seis semanas antes de la fecha pautada para su nacimiento, llegaron al mundo los mellizos Akiba y Yehuda, los primeros hijos de Rodríguez y Mintz, el Vicepresidente Ejecutivo Principal de Telemundo. “Cuando mi alma estuvo lista para ser madre, mi vida cambio por completo ya que se despertaron en mi muchas cosas”, nos cuenta Rodríguez sobre convertirse en mamá. “Me prepare mucho en tener una conciencia distinta, plena, feliz, sin egoísmo. Mis hijos ocupan el primer lugar en mi vida y le doy gracias a Dios todos los días de poder ocupar ese segundo lugar donde mi meta principal es darle a ellos las mejores herramientas para vivir la mejor vida posible. Es una dinámica maravillosa de dar y recibir” Rodríguez está disfrutando cada momento de esta etapa y son interminables las vivencias que tiene para compartir, especialmente cuando se trata de su dúo dinámico. “Ellos tienen una personalidad bastante única y definida, a pesar de ser mellizos son completamente distintos” nos cuenta Rodríguez entre risas. “Akiba es muy reposado y observador, y amante de la música en cambio. Yehuda es más impulsivo y aventurero, tiene una conexión muy grande con la naturaleza. Sin duda un carácter muy definido pero sin dejar de tener esos comportamientos característicos de unión innegable de los mellizos”.
Como madre, no hace falta decir que Rodríguez tiene una conexión amorosa con sus hijos. De hecho, tanto ella como su marido se han acercado a la paternidad con los brazos abiertos. Rodríguez, con su tranquila personalidad y fe profunda en el universo, sin duda brilla con una especie de luz interior. Sin embargo, como una mujer en la industria del entretenimiento, ella entiende que la sociedad puede ser un poco difícil para las nuevas madres. Muchas son las portadas de revistas y publicaciones en Facebook que celebran la aparentemente instantánea pérdida de peso de una actriz, mientras que otros comentan sobre una cantante que mantiene algunas libras de su “peso de bebé” solamente tres meses después de dar a luz. Rodríguez especula que esta actitud se trata del hecho de que la sociedad en su conjunto –la forma en que lucimos, cómo nos vestimos, lo que comemos– ha evolucionado. Ella nos dice, “Yo creo que la mentalidad hoy en día a cambiado mucho y por eso es que en comparación a las generaciones pasadas, la de ahora lo ve como algo más normal que no les causa sorpresa. Ahora es algo posible, por la manera de pensar, la asesoría disponible y sobre todo el movimiento de comer saludable y hacer ejercicio que existe hoy en día. De manera positiva es una idea tangente para la nueva onda de madres en especial las que estamos en el medio en el que nuestra carrera depende de nuestro físico”. Pero, para Rodríguez, parte de esa evolución es no necesariamente escuchar a los demás ya que puede ser un obstáculo para la verdadera felicidad y, en vez, escuchar nuestro propio corazón. “Muchas veces pensamos que el ser madre es algo limitante por lo que podemos llegar a escuchar de otras personas”, nos comenta, “pero en esta nueva generación se puede ser madre, mujer, profesional, todo en armonía. Mi experiencia como madre ha sido una manifestación de mis pensamientos, todo ha sido exactamente como me lo imagine”
Aunque sus manos están llenas estos días corriendo en tacones detrás de que sus niños pequeños, su carrera ciertamente no perdió fuerza. Lista para abordar nuevos proyectos, incluyendo el desarrollo de su blog , Rodríguez, con una brillante sonrisa dibujada en su rostro, dice que nunca ha sido más feliz, “Me encanta estoy disfrutando mucho esta etapa, ya próximamente se publica mi sexto articulo y de verdad que es una gran oportunidad para compartir mi experiencia y crecimiento espiritual para poder ayudar a otras mujeres en su propia vivencia“. En honor al Día de las Madres, Rodríguez le ofrece consejos a los nuevos miembros del “club de mamá”. Dice ella, “primero piensen que la oportunidad de ser madre es parte de su proceso de desarrollo personal. Como madres creamos el universo para nuestros hijos, no le teman al cambio, la evolución y el cambio son necesarios y son algo positivo”. Una respuesta totalmente en el estilo de Maritza Rodríguez: sincera, espiritual y una diosa total.